El agua que discurre por las laderas de los barrancos es canalizada a través de un caballón, 'caño' o 'torna' reforzada en algunas ocasiones por plantas como la aulaga, o incluso cemento y compuertas de madera o metálicas, hasta una o varias parcelas, donde el agua es retenida gracias a la construcción de caballones o montículos de tierra apisonada de un metro de altura conocido por 'trastón', reforzados en muchas ocasiones por arbustos silvestres, como los tarajales (Tamarix canariensis), o frutales, como las higueras (Ficus carica), granaderos, olivos y otros frutales. Al proceso de llenado se le conoce con el nombre de 'beber las gavias'.
También están los desagües o aliviaderos, que permite evacuar el agua cuando la gavia se llena y evitar así su ruptura, y los portillos apertura que queda en la estructura de la gavia como consecuencia del reboso del agua. Más tarde se siembra a boleo, en especial el cereal y alfalfa, aunque esta última casi ha desaparecido. En su interior también se siembran papas.
Al conjunto de las gavias que también se extienden por llanuras, lomos y tableros, forman lo que se conoce por 'rosas'. Otros sistemas de cultivo algo menos utilizados son el enarenado y los nateros, estos últimos ubicados en los fondos de los barrancos.