Es conveniente recordar que Santa Cruz de Tenerife, desde las Cortes de Cádiz, en 1812, ya había sido designada capital de la nueva provincia canaria, a la que, luego, Fernando VII da un trato de favor, debido a la influencia que ejercía su confesor, el tinerfeño Cristóbal Bencomo. Posteriormente las cortes liberales de 19823 y un decreto de Isabel II, en 1833, vuelven a ratificar la capitalidad tinerfeña. Todo ello no surge porque sí, Santa Cruz se había convertido en el puerto más importante en su relación con América; había superado en población a La Laguna; en ella residían los comandantes generales y era el centro de un importante grupo liberal…Todo esto no sólo la convierte en capital, sino que durante el siglo XIX se construyen diversos edificios de carácter oficial. La mayoría llevan el sello neoclásico, con ventanas y puertas arqueadas o remates triangulares, especialmente, con el frontón triangular en el centro y en lo alto del edificio, siendo Manuel de Oraá, autor de los más importantes. Así, podemos encontrarnos con ellos en el siguiente recorrido:

Si se parte de la Iglesia de la Concepción, cerca está el Antiguo Hospital de los Desamparados (reformado después del incendio de 1888), convertido en la actualidad en Museo del Hombre y de la Naturaleza, a donde se ha trasladado y perfeccionado el antiguo Museo Arqueológico, sito en el Cabildo.

Teatro Guimerá, construido sobre el antiguo convento de los dominicos. (ER)

Si se sube por la Calle Santo Domingo, se desemboca en el Teatro Guimerá (1849), en recuerdo del conocido dramaturgo catalán, nacido en Santa Cruz, de madre canaria y padre catalán, que desde muy joven abandono la isla. Fue reconstruido sobre el antiguo convento de los dominicos, en tiempos de la Reina Isabel II. Declarado el 16 de marzo de 1983, Monumento Artístico Nacional. Junto, en la plaza de la Isla de la Madera, se halla también con estilo neoclásico la Recova Vieja, antiguo mercado convertido en sala de exposiciones.

Si se pasa, luego, a la Calle Imelda Serís, hasta cruzar la de Teobaldo Power, nos encontramos con el edificio del Parlamento Canario (1886), de mayor personalidad en su estilo neoclásico. Había sido fabricado como «Sociedad Musical Santa Cecilia», después paso a ser Diputación Provincial, Mancomunidad y Conservatorio de música.

Si desde Teobaldo Power pasamos a la calle del Pilar y cogemos, a la izquierda, la calle de San Lucas, podemos admirar el edificio blanco de columnas salomónicas y símbolos masónicos con frontis triangular de la Logia masónica local (1890), convertido en Farmacia Militar, al haber sido incautado después de la Guerra Civil.

Si se toma después la Calle del Castillo y se asciende hasta la Plaza Weyler, nos encontramos con el Palacio de Capitanía General de Canarias (1879). En su interior se pueden admirar las pinturas del artista isleño Gumersindo Robayna, realizadas en el techo.

Si de la Plaza Weyler pasamos a la calle Méndez Núñez, está el actual Ayuntamiento, que también es de estilo neoclásico. Hay otras construcciones neoclásicas del siglo XIX, como la Fuente de Isabel II, al dirigirnos a la Calle de La Marina (1845), levantada para celebrar la mayoría de edad de la reina.

Parlamento de Canarias, edificio neoclásico con personalidad propia. (CIT)