“La situación final después de los años de desamortización no arroja un balance positivo en cuanto a reparto más equitativo de la propiedad se refiere. La masa de los jornaleros siguió estando sometida a sus exiguos salarios y no pasó a la categoría de propietarios.
Las compras las realizan la burguesía agrícola y la nobleza en primer lugar […] hay que añadir a la clase comerciante, que también realiza importantes compras […] Otro tercer grupo importante de compradores está formado por funcionarios y profesionales […] Un cuarto grupo de compradores es el compuesto por extranjeros […]
Pocas fincas quedaron para la adquisición de pequeños propietarios, tal como se desprende de los estados de compras.”
OJEDA QUINTANA, José Juan. La desamortización en Canarias. 1977.